Mañana 23 de abril se celebra en Cataluña y Aragón el día de Sant Jordi, una fiesta popular que mezcla tradiciones y costumbres, algunas de las cuales se remontan a la Edad Media. El día de Sant Jordi es también el Día del libro o Día Internacional del libro, declarado por la Unesco en 1996.
Lo más significativo de este día son las rosas. No se sabe con certeza cuándo se empezaron a regalar rosas el día de Sant Jordi. Hay constancia de que en el siglo XV, en Barcelona, era costumbre entre la nobleza acudir a misa a la capilla de Sant Jordi, en el Palacio de la Generalitat, y de que en esa misma plaza se celebraba la Fira de roses (Feria de rosas), una vieja fiesta en la que los hombres regalaban rosas como prueba de amor, un antecedente del actual San Valentín. Probablemente el origen de la Fira esté en las ofrendas florales que los romanos hacían en mayo, con ocasión de los fastos de la diosa Flora. La rosa roja simboliza la pasión, y la espiga que a veces la acompaña, la fertilidad.
La rosa se unió a Sant Jordi, y hoy en día perdura la costumbre de regalar una rosa con una espiga. Y además, un libro.
San Jorge, Sant Chorche en aragonés, es el patrón de la comunidad de Aragón, cuya festividad se celebra el día 23 de abril como Día de Aragón. Este día tiene un aspecto festivo a la vez que reinvindicativo de la cultura aragonesa, siendo así que muchos balcones se engalanan este día con banderas aragonesas.
Sant Jordi, San Jorge en castellano, es el patrón de Cataluña desde 1456, y el de Aragón, pero también de Inglaterra, Portugal, Bulgaria, Etiopía y Georgia. Se hizo famoso en toda la Europa Medieval gracias a los milagros que de él contaba la Leyenda Aurea, un compendio de vidas de santos y mártires recogidas por el monje Jacobo de Vorágine en el siglo XIII, pero se sabe que ya era venerado cuatro siglos antes.
Este día, el 23 de abril, es en Cataluña el día de los enamorados. La leyenda de Sant Jordi cuenta que el caballero Jordi, salvó a la hija del rey de que fuera comida por el dragón que devoraba todas las jóvenes de la ciudad. Y cuando Sant Jordi mató el dragón, su sangre se convirtió en un rosal. Por eso, las parejas intercambian regalos: el libro para él, la rosa para ella.
Las floristerías esperan vender este año siete millones de rosas. Son optimistas: si se cumple esta previsón, será aproximadamente un 20% más que el año pasado, cuando la fecha cayó en semana santa. Las rosas que se cultivan en Catalunya no son suficientes, porque muchos tienen la tradición de regalarlas a sus hijas, madres, hermanas o amigas, e incluso a compañeras en centros de trabajo. Además, muchos comercios y supermercados agradecen este día las compras con una rosa, e incluso entidades municipales hacen buen acopio para regalarlas.
Miles de alumnos de universidades y escuelas venden también rosas en tenderetes por las calles de pueblos y ciudades, y así se ganan un dinero para su viaje de fin de curso. Como cada año, se venderán sobre todo rosas rojas: el 70% del total. Aunque nunca mejor dicho, para gustos los colores. Por las calles de todos los pueblos y ciudades catalanes se pueden encontrar miles de rosas blancas, amarillas, rojas, rosas, naranjas…
El precio final no variará respecto al año pasado, según Jaume Esteve ”está demostrado que la crisis aquí no juega. Lo más importante es si la Diada cae en laborable -que es cuando se vende más- y sobretodo si hace buen tiempo”.
Las rosas de Sant Jordi se entregan siempre con la senyera, la cinta con los colores de la bandera catalana, puesto que es una de las fiestas reivindicativas de la tradición. Además, se incluye una espiga de trigo porque así se simboliza la fertilidad.
No son nuevas y se venden muy bien: con los colores del Futbol Club Barcelona, las rosas azulgranas salen también a las calles. Pero este año hay más: los comerciantes aprovechan la cercanía de la fecha del clásico Barça-Madrid y hacen un guiño a los aficionados.
El día de Sant Jordi el color y la sensación de fiesta -a pesar ser laborable- llena siempre las calles de toda Catalunya. No únicamente las Ramblas de Barcelona, pero sí es ese paseo, donde se encuentran diversos puestos de venta de flores, donde se dan imágenes que dan la vuelta al mundo.