Ni noche de San Juan, ni Noche de Brujas, ni Fin de Año… Si hay una noche verdaderamente mágica, ésta es la del cinco al seis de Enero, la Noche de Reyes. En ella, conmemorando la Epifanía, que habla de cómo tres reyes llegaron de Oriente para ofrecerle a Jesús recién nacido oro, como rey, incienso, como Dios y mirra como hombre se ha convertido en tradición intercambiar regalos.
Cabe suponer que en principio los regalos se les ofrecieran sólo a los niños pequeños, del mismo modo que es improbable que se les diera oro, incienso y mirra. Bueno, ni Playstations u ordenadores: la tradición ha ido cambiando con los tiempos (ya veremos en qué queda el dictado del Papa Benedicto XVI de que, en lugar de orientales, eran andaluces).
Otro de los aspectos en los que ha ido evolucionando la fiesta es en que no sólo los niños que pueden permitírselo (que sus papás pueden permitírselo) tienen regalos: en tiempos en los que hemos dejado de nadar en la abundancia, son muchos los que se han dado cuenta de que los niños no tienen por qué pagar las andanzas de políticos, banqueros y chusma variada que ha arruinado a un sinfín de familias y encima va a cobrar despidos multimillonarios y jubilaciones doradas por sus méritos.
Una bandera bajo la cual cabemos todos
Son muchos, en fin, los que han decidido enarbolar la bandera de la solidaridad, como es el caso de los vecinos de Madrid que han adelantado su cita con los Magos de Oriente (o de Andalucía) para que un centenar de niños inmigrantes tengan sus juguetes.
Se trata de la décima de la fiesta solidaria que organiza la asociación Ateneo Universitario, en conjunto con el restaurante La Fogata y la emisora de radio La Suegra FM. En el evento, celebrado en el mencionado restaurante (que cada año cede sus instalaciones e invita al desayuno de todas las familias), los Reyes han entregado sus regalos a los pequeños.
“No podía dejar de venir”
Por lo que afirman los promotores de la iniciativa, las voluntarias del Ateneo llevaban ya más de un mes preparando una fiesta que, en palabras de una de ellas, ha resultado “muy especial”. La colaboradora ha reseñado que “no podía dejar de venir”, aunque “los exámenes estén a la vuelta de vacaciones”.
Mientras, la radio colaboradora, La Suegra FM se ha encargado de difundir la iniciativa entre las familias sin recursos y con niños pequeños, casi todas inmigrantes. El dueño del local hostelero, Jaime Rivera ha señalado que “merece la pena organizar todo esto sólo por ver la cara de felicidad de los niños cuando aparecen los Reyes”.
Merece la pena.